EL SILENCIO DE LA NECEDAD

Los silencios pueden medirse en función siempre del contexto. Puede ser de reflexión y toma de conciencia para adoptar una posición clara y definida, de sabia prudencia, de desprecio, de abandono o negligencia como que todo me da igual, de miedo, de incompetencia etc. Cuando alguien aborda una etapa en su vida, o intenta abrir una vía de diálogo asertivo puede encontrarse con esta auténtica rémora y lacra social que es el silencio necio, maleducado, o más aún insolidario sobre todo si la persona destinataria de ese silencio (individual o grupal, o ambas a la vez si hubo acuerdo previo) ha puesto en jaque o removido los cimientos internos de quienes ahora practican el silencio con cierto aire presumiblemente de seguridad o confort en la zona en la que se encuentran. Cuando alguien atraviesa un desierto quiere llegar al mar para poder refrescar su cuerpo y ver otro horizonte pero quien se encuentra en la orilla puede que haya olvidado cuál fue su punto de partida y si...