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Mostrando entradas de enero, 2020

SEXO Y PODER (NO EL PODER DEL SEXO)

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La sexualidad, su vivencia profunda y libre, marca también nuestras relaciones en función de cómo y con quiénes la vivimos. El sexo o mantener relaciones sexuales forma parte del placer humano tantas veces negado, reprimido y hasta perseguido. Pero, también, forma parte de un ritual de poder y/o dominio de una parte sobre la otra, de la fuerte sobre la débil. Y este ritual de poder al que me refiero en estas líneas se llama acoso sexual por el contexto del pensamiento. El acoso sexual se da cuando una parte usa su poder sobre la víctima para, al menos, intentar un beneficio a su favor en términos de prestaciones sexuales haciendo prevaler su posición respecto a la situación que pueden ir desde la satisfacción del ego con una sonrisa devuelta si es un piropo (es lo que se busca con ir de machito) hasta la satisfacción más profunda como tener relaciones de penetración. La cuestión es dónde y cómo se usa el poder para determinar el tipo de acoso. Generalmente esta figura deleznab

FOLLAR MÁS, JODER MENOS

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Tal como suena habrá oídos y ojos a los que el término follar pudiera parecerle soez, de poca delicadeza, barriobajero pero -sin embargo- no le resulta tanto con joder, sobre todo cuando se trata de fastidiar a tu prójimo o cercano, en lugar de satisfacerlo y darse una alegría. Expresado lo anterior ya se puede intuir el centro de este pensamiento. En las relaciones sociales entre personas es muy raro, a día de hoy en según con quiénes, que se hable abiertamente de la propia sexualidad por cuestiones puramente culturales, de limitaciones y barreras pero, repito, no nos cortamos cuando expresamos la palabra joder. Esto me jode, voy a joderlo o joderla, vaya jodienda cuando joder, al parecer, hinca su raíz en el latin cuyo significado sería COPULAR. O sea que a copular (o penetrar vamos) le llamo fastidiar para distinguirlo de follar cuyo término no suelo mencionar por tabú. ¿Resultado?, un manto de silencio alrededor del sexo que queda en un ámbito tan privado que ni siquiera s

EL SIGLO DE LA MUJER

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Este año pasado que acaba de esfumarse nos trajo un impulso en la conciencia feminista y que yo, como hombre, apoyo y aplaudo desde mi modesta colaboración. Debemos posibilitar que el encuentro entre géneros sea trascendente al hecho en sí porque conciencia feminista no significa ir contra nadie sino a favor de la igualdad. Y esto es lo que mucha gente (mumeres incluidas) no se enteran o no quieren enterarse. Yo no me siento agredido (a mis 63 años) porque una mujer tome las riendas de su vida en cada una de sus parcelas que conforman su totalidad. Educación, sexualidad, trabajo, relaciones sociales en general... Como ser individual tiene el mismo derecho que yo a acceder a todo lo que a mí se me posibilita. Esto es básico entenderlo, otra cuestión es admitir que deba ser así en cada esfera de la vida. Y el patriarcado, como estructura de patrón cultural, hace muy bien su trabajo con discursos intoxicadores esgrimiendo solamente falsedades que no se sostienen en una hemerote