AUTODIDACTA (O LA AUSENTE AVE DEL PARAÍSO)

Existen dos tipos diferenciados de ave del paraíso: ave y planta. La fauna y la flora se encuentran bajo el mismo nombre sin saber (yo al menos) qué nombre fue antes y poco importa. Lo que cuenta es su belleza por el colorido que impacta por su policromía, sobre todo en un mundo gris como el que nos toca vivir plagado de mediocridades y engañosas apariencias.

Exotismo, delicadeza, colorido, exhuberancia, rareza, pueden se algunos de los adjetivos que se nos puedan ocurrir para definir lo que vemos de esta combinación dual pájaro-planta en un paraíso cada vez más perdido en su propia ignorancia.

Y digo esto como metáfora reivindicativa de mí mismo, en primera persona, pero también de quienes se realizan como personas siguiendo su propio impulso creativo sin tutelas más que las de la propia vida, sus reflexiones, su visión y pericia.

Siempre existieron en la historia de la humanidad los autodidactas solamente que antaño era más corriente puesto que acceder a una Universidad o ser un Bachiller (de los de antes) no estaba al alcance de cualquiera bien por cuestiones pecuniarias bien por distancia. Más lo primero que lo segundo. 

Pero he aquí la cuestión que la sociedad te mira como una rara ave de este paraíso que ellos consideran más suyo que tuyo cuando le dices que eres autodidacta en muchas materias de las que has desarrollado el don de forma natural. Algunos, de forma irónica, sarcástica o incrédula, te dicen que si es que tienes ciencia infusa porque eso no ocurre. Y lo dicen algunas personas que debieran creer más en la capacidad del ser humano de verse influencia por el espíritu creador, se le llame como se le quiera llamar. Si no has ido a que te dirijan, enseñen, aunque sea un master fraudulento, no eres casi nadie ya. La cuestión es que cuando digo que tengo dos carreras universitarias casi siempre me preguntan por la que no hice jajajaja. ¡Qué curioso! Y es que las que no hice, de las que no me enseñó ninguna institución es sobre las que suelo indagar, investigar o practicar de años. Da igual la materia, sea de un mundo racional como si es de otro "espiritual". Si no estudias Teología, por ejemplo, cómo puedes hacer una exégesis bíblica o comparar textos con otros de otras culturas o creencias. Esto es lo ocurre cuando te sales del molde. Si no vas a clases de música sí puedes luego tocar en una banda de música. 

Como este artículo es reivindicativo de la capacidad de ser autodidacta pues allá vamos dando algunos nombres ilustres y conocidos que lo han sido, aparte de mi modesta persona que no está (ni pretende) estar en ningún panteón de la fama.

Woody Allen; Hans Christian Andersen; Jane Austen; James Cameron; G.K. Chesterton; Agatha Christie; Marie Curie; Walt Disney; Thomas Alva Edison; Michael Faraday; Bobby Fischer; Henry Ford; Benjamin Franklin; Vincent Van Gogh; Billie Holiday; Jack London; Henry Miller; Isaac Newton; Edgar Allan Poe; José Saramago; Bernard Shaw; Leonardo Da Vinci; Frank Zappa; Albert Einstein... Y TANTA GENTE ANÓNIMA que habremos conocido, buenísima en cualquiera de las artes aplicadas, en la cocina o en la mecánica como en la fabricación de instrumentos musicales (luthier) por poner algunos ejemplos.

Hoy me lo dedico a mí directamente el artículo y a esa gente que le importó un bledo lo que le dijesen otros mediocres, lo que opinasen o no, porque se dejaron llevar por el enorme potencial interior que todas las personas tenemos, los talentos que debemos hacer emerger para ponerlos al servicio de la humanidad. Cuando hacemos lo que debemos atendiendo a nuestra verdad interna, siendo fieles con nuestros sentimientos y valores, abriendo la mente al conocimiento intuitivo que luego se traduce en práctica paciente y constante, estamos sirviendo a la humanidad sin importarnos el qué o el quién de lo que dirán, pensarán o, incluso, hasta manipularán en contra tuya para impedirte la realización. Es la hora quizá de hacer valer, en estos tiempos del cólera, la capacidad creativa, el colorido que ello supone, volar con nuestras propias alas y exhalar nuestra propia fragancia. Estamos en un paraíso diverso donde, también, caben las aves y plantas de colorido...