LOS MUROS DE LA IGNORANCIA

Se pueden levantar muros para impedir un trasiego indeseable, para provocar segregación o aislamiento, para proteger un jardín o una trinchera. Utilidades mil, pero hay un muro que levantamos sobre un pilar esencial justo para que pueda levantarse: el de la ignorancia. Esta es la peor de las demencias o necedades que la sabiduría antigua manifestaba. La ignorancia genera estupidez, involución, depravación moral en toda su amplitud. Hace posible que grandes mentiras se conviertan en verdades simplemente a fuerza de repetirlas machaconamente, o simplemente diciendo aquello que tú quieres oír. Cultivar la ignorancia es cultivar la necedad más la ajena que la propia fundamentándola en la manipulación, el miedo, el desconocimiento, la frustración, el desinterés. Y cuando se cultiva cardo borriquero no podemos pretender recoger manzanas. Recogemos lo que sembramos y la ignorancia es una siembra cuidadosa que requiere esmero en el tiempo para que llegue luego el brujo ...