Y MIENTRAS TANTO...

Un acontecimiento podrá ocurrir o no y uno no tiene más que, en ocasiones, una certeza interna que ocurrirá si los astros están debidamente alineados porque, de lo contrario, en el campo de la probabilidad matemática puede ser que el resultado sea desfavorable sobre todo si al acontecimiento o suceso (en términos generales) le aplicamos la cuántica que trasciende espacio y tiempo. O sea que como el espacio y el tiempo son curvos (y no lineales) se nos puede ir al carajo cualquier conjetura de futuro. En eso ya tengo un pequeño máster. Pero lo hermoso de la vida es que fluye y uno debe hacerlo en esa corriente de energía de lo imprevisto adaptándose al devenir, sin ansiarlo, para que no produzca decepción quizá más que la justita por aquello de sentirnos humanos. Y la vida es imprevisto y cuando se vuelve demasiado previsible entonces su música es monocorde, casi sin tonalidad. De ahí que uno haya de impulsar, también, sus propios cambios porque en el cambio está la evolución si...