COHERENCIA




Es la correspondencia entre lo que uno predica o dice y aquello que realmente hace, y lo que dice con lo que piensa y siente. 
La coherencia o ser consecuente es el pilar imprescindible para ejercer la verdadera autoridad que es la moral más allá de normas al uso. La coherencia da cierta credibilidad entre quienes pueden seguir con atención una determinada filosofía o pensamiento y bien utilizada es un arma moral capaz de desmoralizar al mayor enemigo puesto que con el ejemplo personal una persona deja sin argumentos a sus detractores.
Un ejemplo fundamentado en los valores más nobles del ser humano tendrá como recompensa el bien hecho a su alrededor aunque su reconocimiento social sea mínimo sobre todo en una sociedad que es incapaz de valorar lo auténtico que es incorruptible. Por eso la dignidad puede que esté mal vista y no cotiza en mercado de valores porque supone un serio contratiempo para quienes no la tienen y, además, quieren usurparla.
Por ello, asimismo, es tan importante las conductas intachables máxime en quienes dice ser servidores públicos lo cual no exime de tenerlas a quienes no lo son. En la familia, la organización, la vecindad, las amistades, el trabajo..., tener una conducta ética, un comportamiento ajustado a esos principios o valores que mencionaba antes es el cimiento de la comunidad. No en estrecheces morales de censuras sino en principios sólidos que, por otro lado, dejarán de lado cualquier sentimiento afín a la corrupción, a la violencia cual sea su manifestación, y que no apoyarán por activa o pasiva. Ser consecuente tiene un precio, aun con sus contradicciones de las que nadie nos salvamos porque somos perfectibles, pero que quizá merezca la pena si de verdad nos empeñamos en hacer virar la nave de la vida de un rumbo errático y a la deriva. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA VIDA ES UN TANGO

FOLLAR MÁS, JODER MENOS

CUANDO ALGO MUERE ALGO NACE