LEY DE LA AFINIDAD



Es una ley natural que da explicación a ciertos fenómenos o comportamientos en la naturaleza, siendo el de la atracción mutua uno de ellos. Pero esta ley va más allá del mero hecho estereotipado del plano físico ya que la afinidad comprende estados internos de conexión mental, de sintonía espiritual, de cruce de emociones, de empatía y simpatía...
La ley de la afinidad define el sentido de las adhesiones sinceras y honestas y, con ello, nuestros vínculos. Nada hay, pues, predeterminado en causa humana alguna que diga que una persona tenga que tener una afinidad forzosa hacia alguien o algo en concreto.
El ser humano es un constante movimiento como parte del mismo pero en ese movimiento hay una constante y es que lo afin une, semeja, iguala. No hay un contranatura moralino que exprese que lo afin ha de ser en pareja hombre-mujer puesto que la ley del par trasciende al estrecho criterio impuesto por corsés culturales más que naturales. Lo que sí es antinatural es imponer la afinidad a alguien o buscarla desesperadamente por tal de llenar un vacío emocional, existencial más que otra cosa.
Aquí, desde mi modesto punto de vista, es donde creo que debemos tener la idea central clara. Si la afinidad no puede ni debe imponerse entonces caerían por su propio peso todas las excusas de casar forzosamente a una cría con un señor al que no conoce de nada, fenómeno falsamente cultural que aún persiste en determinadas zonas del mundo. Eso sí es contranatura. Pero no olvidemos que en el "moderno" occidente "civilizado" también adquirimos costumbres poco sanas a través de redes sociales, de páginas en busca de parejas o "follamigos" porque no nos engañemos que aquí no se salva ni el apuntador como decíamos antes.
Esa búsqueda de afinidad no es más que forzar una situación para salir de la soledad que solemos no aceptar de buen grado y, entonces, los fracasos se siguen sucediendo porque no aprendemos. Nos aislamos del mundo y creemos que una red social cualquiera o un programa de televisíón con formato de "buscar el amor" nos va a resolver nuestra falta de visión amplia, de horizontes sobre esa afinidad. Yo no voy a enjuiciar a quien acuda a un programa (aun siendo jóvenes que ya es...) pero sí aportar mi visión de una ley natural que se acompaña de otra y que todo sucede conforme a la naturaleza de las cosas.
Creo que sería bueno ir focalizando hacia otro lado nuestra necesidad de encontrar a través de una búsqueda a veces cuanto menos desesperada, para centrarnos en retomar relaciones sociales cercanas, alejadas de lo virtual, de lo falsario, de lo forzado, para dejar que la energía fluya y ahí juega un papel todo nuestro ser. No solamente lo físico a través del sentido de la vista sino de la inutición, de la inteligencia, de la bioquímica cerebral, de las vibraciones psíquicas. Porque la ley de la afinidad no entiende de la ley de la gravedad en la que todo objeto que sube luego cae sino que la trasciende hasta el punto que esa afinidad se puede dar en dos personas que en el invierno de sus vidas la han encontrado, cuando lo que importa ya no es la tersura de la piel, ni la erección del pene o el flujo vaginal, sino lo que importa es seguir esa ley natural en la que cuenta más la ternura de lo que une que quizá no es otra cosa que compartir el amor a la vida sin miedos, ni prejuicios, ni vergüenzas, en el último tramo del camino de vuelta a casa...

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