UNA NUEVA CONCIENCIA

Una nueva conciencia indica ineludible y necesariamente trascender los actuales paradigmas marcados por un patrón cultural heredado y que dominan las esferas de nuestra vida. La nueva conciencia se sacude la religión para adentrarse en la espiritualidad, se sacude en la democracia de papel falso para adentrarse en la participación, trasciende la competitividad falaz para superarla por la cooperación entre iguales, supera el racionalismo para adquirir el conocimiento profundo que, además,nos legó el saber antiguo pero que hemos de ir adaptando.

Digamos que la nueva conciencia es aquello de vino nuevo en odre nuevo, romper lazos que atan e impiden un crecimiento armónico de las personas y eso requiere de reconocimientos profundos en el interior de cada persona consciente que no se produce cambio alguno si no cambiamos individualmente.

Más allá de cualquier etiqueta la nueva conciencia es mirar a la Tierra como un ser vivo que nos acoge (Gaia), es la conciencia verde que sitúa al ser humano y al Planeta, en su conjunto, por encima de las mezquindades corporativas. Pero para ello es necesario romper con equipajes pesados que arrastramos, con lastres que nos impiden caminar ligeros como peregrinos que somos. Equipajes que traemos al venir pero que al llegar aquí nos cargan aún más con una educación que no llega a ningún lado ya que la ignorancia real no queda suprimida por obtener una titulación académica. Se puede ser un analfabeto existencial con título universitario ¿o no?

La nueva conciencia que yo entiendo centra el foco del problema en la singularidad e individualidad de cada ser humano porque es el punto de partida, pero es que eso no lo digo yo porque ya estaba escrito en culturas antiguas como, por ejemplo, la celta donde en la runa Mannaz puede leerse esta idea.

Por tanto la nueva conciencia, digamos, no delega responsabilidades en nadie sino que asume las propias con sus riesgos de acertar o errar pero que parte de salida de algo muy importante como es el contacto interno con la propia sabiduría mediante el silencio, la pausa, la reflexión, el retiro, generando un nuevo orden microcósmico en sí y a su alrededor donde no puede impedir que haya turbulencias ajenas pero que mitigará en mucho las propias y sabrá protegerse de esas influencias negativas, tóxicas, que nos llegan por mil y un medios aún más hoy con la inmediatez tecnológica. La nueva conciencia se mantiene en alerta ante las señales exteriores que pueden indicarle que el camino adoptado es o no correcto, simplemente hay que saber interpretarlas y si ello sucede puede, incluso, hasta evitar fracasos innecesarios y energías malgastadas. Las culturas antiguas nos legaron un gran saber que hemos ido enterrando en el olvido o malgastando ese caudal en beneficio no se sabe bien de qué o de quién en ocasiones, pero la nueva conciencia no es tan nueva sino que simplemente se manifiesta nuevamente como la energía que es que ni se crea ni se destruye sino que se transforma...