ADAPTABLE, FLEXIBLE, ÁGIL

Ser adaptable, flexible y ágil son tres cualidades básicas del manual de supervivencia basado en las propias leyes de la naturaleza. Así se muestran el agua y el viento en su naturaleza libre.

El agua puede tener apariencia sólida, líquida y gaseosa. El viento puede circundar de cualquier punto, penetra en los resquicios más recónditos. El agua sortea un obstáculo, fluye sobre él y mantiene su recorrido buscando su salida incluso para caer en cascada. Si la presión le viene de debajo sube, si hay desnivel cae, si tiene obstáculo su fuerza puede y siendo un elemento blando vence lo duro al igual siendo suave vence lo rígido e inmóvil.

Si observan este manual es básico en cualquier táctica de guerrilla siendo la movilidad su cualidad más destacable. Eso ya estaba inventado hace más de 2.500 años y recogido en un maravilloso libro taoísta llamado El arte de la guerra cuya aplicación práctica, a día de hoy, es usada por gente muy diversa y en otras tantas circunstancias. Por tanto la misma filosofía o principios son aplicados a según qué contextos ya sea militar pero, también, desde la perspectiva psicológica. Es lo que el libro denomina el shih.

Esto no es enseñado en las escuelas ni en la familia, ni entre los círculos asociativos. Pareciera que aplicar la virtud de la naturaleza queda como muy cursi lo cual denota una gran ignorancia y desconocimiento de quiénes somos realmente y en dónde estamos.

El pensamiento creativo es un fiel reflejo de dichas cualidades porque es capaz de crear según la circunstancia, es flexible porque de lo contrario no evoluciona y es ágil porque la oportunidad puede pasar de largo. Aunar esto nos llevaría al control de nuestras situaciones con mejor garantía de desarrollo armónico en lo personal dado que una situación controvertida no supondrá para nosotros un muro insalvable. 

Si algo no se puede hacer en el momento se aguarda, si una solución no es válida se busca la alternativa, si hay que actuar no se debe demorar para empeorar una situación. Ahora, bien, todo ello ha de estar presidido por la reflexión, la prudencia, que no son más que un reflejo de esa sabiduría innata que cualquier persona porta al venir a este mundo. Otra cuestión es cómo se usa o si acaso es que se utiliza.

Trabajar en lo cotidiano sobre estos aspectos como, por ejemplo, en una relación de pareja, en el desarrollo de un proyecto, en los estudios, en nuestras relaciones personales en general nos evitaría más de un quebradero de cabeza y, por supuesto, más de una patología porque no olvidemos que nuestras emociones crean patologías, enfermedades a la par que éstas influyen, también, en las emociones. En realidad somos lo que albergamos internamente y así nos mostramos. Por eso si siguen tirando del hilo llegarán a la conclusión que todo está conectado...