UN PASO CORTO PARA UN CAMINO LARGO
Un camino
debe iniciarse con decisión, recorrerlo con prontitud y diligencia, sin perder
el horizonte pero sin apegarse a la meta.
La
sabiduría nos hizo llegar que cualquier camino que iniciemos para nuestro crecimiento personal lo hacemos con
un primer paso corto sin el cual no sería posible llegar a recorrer todo el
tramo. Ese paso es importante porque es el que luego puede marcar todo el
devenir de tu existencia si lo haces desde una profunda verdad interna. Tendrás
tropiezos, caídas monumentales, abandonos, olvidos, desprecios, soledad,
sensación de fracaso, amargas lágrimas, pero aquello que un día podía hacerte
tambalear hoy te hace más fuerte y ahí es donde la gente que decía conocerte ya
no lo dice tanto, ya te mira con curiosidad porque casi no se explican cómo
sales adelante, de dónde sacas la fuerza. A veces ni uno mismo se lo explica.
No importa
cuán equivocado digan que estoy o por qué llegué hasta aquí, porque lo que me
trajo fue la emoción de vivir ese “algo” que no nos explicamos y que podríamos
llamar misterio.
El
misterio existe, se mueve silencioso, no lo conocemos profundamente, no podemos
describirlo realmente, habita en cada cual aunque no lo manifestemos, se
posiciona con una lógica irracional porque la verdad no anida en la mente sino
en el corazón, en el alma sensitiva que decía Platón. Esa verdad se
corresponde, o debería, con aquello a lo que viniste al mundo y que es mucho más
que peinarte el pelo porque es tu misión personal, la de alguien que sirve a su
verdad luminosa siguiendo un camino justo, correcto, que no se suele compartir
a veces más que con tu propia soledad porque eres un peregrino extraño en tu
propia tierra.
El
misterio es la vida y la vida es misterio al que no alcanzamos a entender con
nuestra lógica y nuestros tiempos, sobre todo porque el tiempo es trascendido
en el devenir cósmico fundiéndose con el espacio. No hay tiempo, no hay
espacio, solo quizá una verdad cuántica, mutante, flexible, que va y viene, a
la que queremos interpretar con un sistema mental rígido.
El camino
debe ser paciente, constante, desapegado, evolutivo en crecimiento, de
aprendizaje para la sabiduría, cargado de esperanza, intuitivo, veraz, con un
horizonte y mucho amor para que nada de lo que hagas sea por infelicidad ni te
la procure. El camino lo llaman Tao y yo no puedo hablar de lo que no se puede
y es inabarcable pero sí de lo que experimento sin dejar de sorprenderme por
sus señales y respuestas, por su capacidad de dar y enseñar aunque cada vez
entienda menos lo que pasa pero quizá se trate de eso mismo, de menos entender
y más vivir…
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