CUANDO HABLA EL CORAZÓN

Cuando habla el corazón hay que oírlo, sentirlo profundamente porque sus palabras tendrán el acierto de la veracidad interna del sentimiento real. El odio, el rencor, anidan igualmente en el corazón que el amor y el perdón, que la compasión o la crueldad. Deja que hable, que fluyan sus vibraciones para saber cuál es la naturaleza de tu sentimiento y pensamiento, si van juntos o están enfrentados, si nació algo puro o era una fantasía. No olvides que la fantasía anida en la mente y la pureza en el corazón porque de él puede hacerse posible que nuestra boca se llene de lo que mana. Cuando nuestras palabras están impregnadas de cariño hacia una persona eso llega al corazón de la otra porque su corazón entiende el mismo lenguaje.

De corazón a corazón el único error puede ser la interferencia de los procesos mentales donde se ubican ocultos los miedos a los que podemos hacer frente con la luz de la consciencia.

Si tengo dudas, consulto a mi corazón. Si hablo pero no siento es que no habla mi corazón. Si siento pero no hablo es que puedo dudar de lo que siento. Deja que hable el corazón sin importar lo que diga.

Hasta una burrada del momento nos puede hacer volver la mirada para rectificar que ese no era el camino.

Cuando el corazón habla es como una foto fija, una impronta que deja su fogonazo, que nos retrata la naturaleza interna. Él es un artista del sentimiento, del pulso de la vida, del latido que nos recuerda cómo vinimos al mundo.

Deja que el artista plasme su imagen, su música, también su olor... En realidad el artista, que es el corazón, cuando habla está promoviendo algo, creando, impulsando a través de todos los sentidos que, por otro lado, no son nada sin el sentimiento básico, profundo, que late. A decir de la tradición oriental el corazón también piensa porque es co-razón, o lo que es igual una razón compartida basada en lo que llamamos irracionalidad que no pasa por el tamiz de la mente que nubla y esclaviza.

El sentimiento primario vital está ahí con su sístole y diástole que son los movimientos básicos de expansión y contracción. La vida es movimiento y en él siempre hay corazón porque, simplemente, hay amor. Recuerda que cuando dejas hablar al corazón en realidad estás dejando hablar al AMOR...