TODO SE MUEVE

Todo se mueve aunque parezca inmóvil porque el reposo es un estado aparente. El movimiento es un devenir de cambio, de realidades poliédricas, de encuentro y desencuentro entre lo visible y lo invisible, entre los mundos interno y externo.

Nos azoramos cuando las cosas parecen estancadas, cuando parece que no avanzamos y entonces es nuestra ansiedad la que nos puede con el apresuramiento. Dejamos de confiar en una ley natural, la del movimiento y vibración, para intentar forzar la marcha de algo que queremos que llegue pero no lo hace. Y lo que no pensamos es que aquello que nos pertenece llega, incluso, con el factor sorpresa, con ese azar con el que no contabas.

Las mentiras ajenas nos pueden servir de señales para encontrar la verdad buscada y esa paradoja es la vida misma. Pero esa verdad que buscamos no siempre se mueve en la misma dirección porque, también, existe la serendipia o el factor sorpresa del que hablaba antes. Quieres tomar una dirección pero la vida te marca otra, estás buscando sobre una cuestión concreta y por delante se te ponen elementos para investigar otra o bien distinta o mejorada incluso, más perfeccionada.

Es difícil de asimilar que el movimiento o reposo son solo apariencias fenoménicas cada vez más entendible desde la física cuántica y menos de la convencional, cada vez más asimilable desde la sabiduría ancestral y menos desde el racionalismo cartesiano vigente desgraciadamente.

Hoy, además, me hago de acompañar además de un ritmo con una letra que te induce, al menos, a pensar y una música para bailar o divertirte. Me quedo, ahora, con la estrofa 

El sonido baila aunque no lo veas//Sube y baja como la marea//Si te detienes el corazón se atora//Lo que no se mueve no se mejora//Se enferma y se queda quieto//No se reproduce, envejece sin nietos//Por eso no hay excusa para el que no menea//Si no tienes cuerpo menea las ideas//Por dios menea lo que sea//

 Porque, ciertamente, lo que no se mueve no se mejora. Las soluciones subyacen en nuestro interior pero hay que buscarlas ahí y salirles al paso. Pero, en su paradoja, la vida también nos dice no hagas, mantente quieto porque el principio de dejar fluir desde la quietud es observar cómo a tu alrededor hay movimiento sin que tú lo fuerces.

Por eso todo se mueve y el sonido baila aunque no lo veas porque todo vibra y cambia de estado siguiendo, también, un principio antiguo del hermetismo. De esta forma, pues, debemos convencernos que seguir el camino emprendido es estar en el tiempo haciendo lo correcto porque, sea lo que sea que nos corresponda, llega aunque no siempre de la misma forma que entendemos ha de ser.