DENTRO DE MÍ

Dentro de mí fluye la esencia más íntima donada por la vida. Una esencia creativa, sublime, de poder basado en el propio conocimiento del alma humana a través de sus verdades, las del espiritu. Una esencia de amor para dar desde la magia que transforma hacia la belleza. Una belleza interna que se traduce por la armonía con la misma vida.

Nada más lejos de considerar lo bello como lo engañoso y aparente que la vista capta sino lo que anida en el alma humana. Pero para ello hay que saber leer desde el corazón, saber tocar desde el alma porque cuando sabemos acariciar sin tocar ahí está la belleza más sublime y el tacto más delicado, ese que puede hacer posible que tu piel se convierta en un mapa de sensaciones. Y todo casi sin tocar, simplemente observando, ya estás alcanzando lo sublime. Pero debemos trabajar en nuestra luz interna, en la luz orientadora que nos guía por la senda de lo bello, del camino de conciliar los opuestos, que bebe de la Fuente de la Vida, haciendo posible que la peor tormenta quede como nube pasajera. 

Dentro de mí no debe subyacer odio o rencor sino superación y capacidad de amar al ser interno que no vemos pero debemos aprender a sentir. Ese ser convertido a veces en niño (a), a veces en joven rebelde, a veces en viejo sabio. Quererlo, amarlo, es el principio de amar a otras personas sin exclusiones cuando esas personas se allegan igualmente con la intención de darte su amor, entrega, cariño. Esto es un aprendizaje como todo en la vida, porque nada de lo que somos se hizo sin aprender y, sobre todo, de los errores. A veces también el error puede ser un exceso de entrega o de confianza por ejemplo, porque los excesos nadie dijo que fueran buenos ni siquiera aquello que pudiera traernos aparentemente dicha. De ahí que la sabiduría antigua escribiera sobre el camino medio, el de mediar entre los polos opuestos de la vida y conciliarlos, o sea ni deslizarnos hacia la carencia ni tampoco hacia el desbordamiento. Dejar que hable el corazón será siempre un acierto para acallar las pretensiones del ego de incurrir en la insatisfacción permanente que puede rayar en la patología más severa. Cuando hacemos y queremos más sin límites algo está fallando, sea sexo, comida, trabajo, viajes o cualquier otro menester que nos pudiera proporcionar placer o dicha. Por eso dentro de mí creció, también, la capacidad de comprender que debemos sacrificar lo justo y necesario para no convertirnos en esclavos de aquello que, incluso, anhelamos y tenemos. No es fácil entender esto y mucho menos ponerlo en práctica pero quién dijo que algo fuera fácil y llano. Coges la flor más hermosa por su textura y fragancia extática pero te das cuenta que tus manos se hieren por las espinas, que demasiado tiempo oliendo puede marearte y perder el control. Entonces comprendes que hasta lo bello puede doler si no sabes acercarte a ello...

Dentro de mí nace, reside, esa luz, textura, y fragancia, que debo transmitir hacia afuera. Pero la conquista de almas ajenas comienza por la propia conquista de mí mismo...