APUNTES SOBRE EL DESTINO

El destino de alguien no está escrito. Con esta máxima es como inicio esta reflexión personal después de una trayectoria vital no exenta de sobresaltos. Pero uno, al dedicar tiempo a la reflexión, cae en la cuenta que históricamente hemos conceptuado mal la palabra destino como tantas otras cuestiones colocando una etiqueta inadecuada para identificarlo. Es como si en un laboratorio pusieses a un frasco de aceite el nombre de agua pero el contenido estuviese invertido o, incluso, correspondiese a otra cosa diferente.

Es curioso cómo nos acercamos muchas veces a solicitar una lectura del destino con un espíritu de certeza absoluta que las cosas ocurrirán como nos dicen. Pero esa lectura que nos dan no es otra cosa que la visualización de una fuerte inclinación para que lo que se está consultando ocurra. Yo quiero saber si voy a tener relaciones con tal o cual persona y el oráculo te contesta que sí, pues sin dejar de confiar en ello tampoco debiéramos cerrar la mente a que no ocurra al menos en el tiempo que pretendemos sobre todo y, fundamentalmente, porque el concepto tiempo cronométrico no existe como lo entendemos ya que trasciende. Las inclinaciones es lo que tiene al ser un factor verosímil pero impredecible al no estar asegurado su resultado de ninguna de las formas. ¿Y entonces? Pues que esa inclinación para ser real, para convertirla en verdad, hay que currársela, hay que dedicarle esfuerzo y tiempo, hay que poner una parte importante de voluntad activa y no meramente de intención. Entonces, y solo entonces, se convertirá en una gran opción que esa cuestión pueda convertirse en una realidad, en la materialización de un deseo común a ambas partes si hablamos del ejemplo ya que si una de las dos partes en cuestión tiene cerrada la opción la lectura puede ser difícil lo tienes, de momento no pero habrá intentos, el resultado no está claro o, también, ocurrirá pero paciencia. O sea no te eches a dormir pero que si no tienes la suficiente paciencia mejor tómate una valeriana. Y el ejemplo que he puesto junto a cuestiones de trabajo y demás suelen ser los más proclives en cuanto a "futuro".

Y como va la cosa de futurible también sería bueno considerar que el destino como futuro es una alianza entre las voluntades del cielo y la personal, una conjunción que armonice lo que deseas y lo que necesitas en tu vida porque, mira por dónde, igual nos empeñamos en algo que no nos corresponde. Entonces el Universo mueve sus dados, juega la partida, y te da señales del camino a seguir que muchas veces obviamos. El camino puede ser apartarte, mantenerte a la distancia, hacerte más visible... Todo depende de las circunstancias y de la honestidad interior, de la veracidad del sentimiento sobre la cuestión concreta.

El destino es un conjunto de sucesos no lineales producto de la construcción paciente y constante de una realidad forjada en el presente, en lo cotidiano. El esfuerzo, la abnegación, el sacrificio, la convicción total, la confianza, la esperanza, el optimismo, la ilusión, son factores personales que juegan a favor y ahí las fuerzas benignas o de luz favorecen, en alguna forma, que el camino vaya allanándose habida cuenta que en el destino juegan, igualmente, fuerzas oscuras que intentará boicotear tu realización personal. Por esto hay razones sobradas para pensar que nada está garantizado. Si quieres obtener algo has de dar algo también. Positivo llama a positivo, negativo llama a negativo. Es la ley de la atracción y justicia. Cuidar nuestros pensamientos, actos y palabras en la dirección correcta será muy importante para no malograr la lectura que nos hicieron porque el poder está en nosotros. Nadie va a seducir a una persona para ponértela en bandeja y que la disfrutes, ni nadie va a hacer tu esfuerzo en conseguir un proyecto para que lo disfrutes realizándolo. No, ni en las mejores películas.

Cada cual afronta su destino como un libro en blanco que va escribiendo con errores y aciertos. Y esto no justifica que lo pases mal porque siempre te hayas equivocado o bien porque siempre hayas acertado. Existen los sucesos aleatorios, el azar que es la matemática de lo imprevisible. Y esto es lo verdaderamente hermoso de la vida, su impredecibilidad que ahonda aún más en el Misterio de las conexiones que nos unen a los seres humanos con poderes superiores, con fuerzas invisibles pero reales. En ese diálogo con las fuerzas benignas, desde el yo interno más profundo, está buena parte del secreto de la materialización en lo que a nuestra parte corresponda. No olvidemos que siempre estamos interrelacionados y que la otra u otras partes están en el tablero de la vida y que pueden ser el pasillo que buscas o el obstáculo que no esperabas. Si nos vamos encontrando con la cosecha de lo sembrado tiempo atrás entonces el destino lo comenzamos a escribir ahí, en ese tiempo. Pero como siempre defiendo, la vida es una escuela de oportunidades para seguir caminando o sea avanzando, y esas nuevas oportunidades son para seguir escribiendo el verdadero destino, el que nos corresponde. Tan solo hay que saber estar en la corriente del río y mantenerse en ella con lo que ello implica, también, de cambios personales porque, en definitiva y al no haber nada escrito, ¿quién dijo entonces que no se podía usar la goma para borrar el error y continuar con el libro de la vida?