LA CARETA DEL PATRIARCADO
El patriarcado es una estructura
creada durante el proceso "evolutivo" del ser humano, si podemos
llamarle evolución al patriarcado o sociedad patrilineal.
Mucha gente, a día de hoy, no
tiene la menor idea de qué significa y cuál es su procedencia real, origen en
el tiempo. Pero sabemos algo importante y son sus devastadoras consecuencias.
El patriarcado comienza a emerger
hace unos 500 a 600 mil años (no me he equivocado) en el que el
"hombre" se yergue como la figura de dominio y poder ante la mujer
que de ser el centro de la vida comunitaria en la sociedad matrilineal o
matriarcado pasa a ser ninguneada paulatinamente, a ser un elemento decorativo en
la familia, un objeto más que un sujeto desposeída de su propia naturaleza que
no es otra que la de ser mujer.
El patriarcado es, por ello, una
estructura de poder y sumisión, de control, de violencia generada para lograr
ese poder y control. No hay patriarcado sin violencia que es la que vemos y
sufrimos hoy pero que arrancó hace mucho. Sus consecuencias las traemos en la
memoria celular y las mujeres, en su caso, feminizan enfermedades a
consecuencia de ello gestadas por esa violencia estructural.
Esa estructura que emergió
entonces acabó, también, con el modelo de relaciones sociales, afectivas y
sexuales no sin recordar que la humanidad, aún en el patriarcado, era bisexual
pues no había etiquetas de separación por opciones sexuales. Se era bisexual
sin más por naturaleza, hombres y mujeres. Pero esto comienza a cambiar una vez
que la mujer de ser sujeto de su propia naturaleza gestadora, de tener libertad
de relaciones al igual que el sujeto masculino, comienza a ser objeto de deseo
bajo control del macho. Y la "evolución social" se fue encargando del
resto dejando de existir la mujer como tal más que para satisfacer el impulso
del macho o la procreación animal, algo que -al parecer- sí que está bien visto
por creencias religiosas dominantes.
Cambian, igualmente, las
relaciones sociales en tanto que el hombre sujeta a la mujer en el lugar donde
habitaran mediante la cría de la prole, o sea los cuidados que siempre hizo de
forma libre anteriormente. Ahora es obligación para la manutención puesto que
el hombre sale a cazar o pescar.
En la historia de la humanidad
puede que 500 mil años parezca todo un mundo pero mucho me temo que no puesto
que los procesos evolutivos no siguen los cursos de rapidez que nuestra
"civilización" actual ha impuesto desde hace unos 200 años.
De ahí que cobre sentido pleno la
rebeldía femenina, la puesta del contrapunto al dominio y la sumisión. Hoy se
le llama feminista y serlo es apelar a la igualdad y unidad de género. Ahí
estoy yo siendo hombre porque no entiendo un mundo donde la mujer sea
maltratada, ninguneada, acosada, violada o asesinada simplemente por ser mujer,
por querer ser libre.
El patriarcado, no lo olvidemos,
es una estructura de poder que afecta a todas sus esferas a nivel global. Desde
la política a la economía pasando por cada estamento o segmento de producción y
servicio está impregnado todo de patriarcado. Romper esto no es cosa solamente
de mujeres valientes que se juegan su prestigio social y profesional sino de
hombre que les importe un bledo lo que otros de su género opinen o piensen.
Los hombres tenemos nuestras
contradicciones, obviamente, por el factor cultural pero cambiar las cosas no
es solo de un día sin importar la edad a la que te incorpores al reconocimiento
de la mujer como un ser igual y libre. Y cabalgar con las contradicciones
tiene, también, su grandeza si se es valiente al reconocerlas y, sobre todo,
superarlas con mucho amor a la vida que comienza por uno mismo y continua luego
hacia ellas. Por eso merece la pena actuar, pensar, sentir y decir como mujer
siendo hombre porque en ello está la empatía o la capacidad de equilibrar las
energías Yang y Yin en su complementariedad de opuestos ejerciendo la libertad
plena desde la consciencia que nada cambiará mientras la mujer siga siendo una
parte de nuestra naturaleza maltratada constantemente. Quizá vaya siendo hora
de hacer caer la careta de ese poder.
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