DESIERTO CREATIVO


 Trescientos cincuenta y seis días (356) después de mi última entrada he vuelto a crear algunas letras, enlazar ideas y darles forma. En todo este tiempo no puedo decir que las musas me abandonasen o estuviesen de vacaciones sino que me han acompañado en menesteres de supervivencia tan necesarios en tiempos tan revueltos, pandémicos y estúpidos como los que vivimos en los que no hemos aprendido un carajo de la naturaleza de las cosas. Seguimos empeñados en culpar de nuestros males actuales a la aparición de un virus metamórfico que nos obliga a ponernos mascarillas casi para ir al baño pero no nos culpamos del desastre ambiental, del destrozo a escala planetaria, que ha llevado a ello. Aparecerán más y seguiremos añadiendo estupidez, necedad porque no queremos volver la mirada a nuestra historia de desastres ni tampoco al frente del destino o futuro que espera a las generaciones venideras.
Mientras tanto, durante este tiempo de vacío relativo, me he llenado de ilusiones renovadas aunque frágiles por demás en una vida tan cambiante e insegura. En realidad la vida nada tiene de segura y de eso puedo dar buena fe. Pero he crecido como persona, me he alimentado de esperanza, y no vana por cierto, he seguido con la cabeza alta y mantenido el pensamiento positivo cuando más lo necesitaba. Me quiero un poco más pero también tengo el cariño, el aprecio, el afecto ajeno de alguna gente que sabe de ti, que te entiende, te acompaña, te comprende (a veces no) y te apoya con tus luces y sombras. Puedo cambiar de zapatos pero no del camino que debo recorrer y esa es mi premisa. Un camino que debe estar fundamentando, bien enraizado pero con la mente abierta a desestructurar los patrones que fuimos adquiriendo. 
Un año prácticamente a secas de sentarme a escribir opinión, sentimiento, pero no de elaborar o aprender, por ejemplo, algo más de medicina taoísta (MTCh), de aplicar mis propias recetas emocionales en mi persona, de no dejar de buscar en mí para encontrar en los demás ya que el punto de partida es uno mismo. Un año en el que mi compromiso vital ha crecido con el paso de meses aciagos, ásperos, duros, que no me dieron el impulso para expresarme sino porque quizá lo más conveniente era justo lo hecho, coger fuerzas. La sabiduría tradicional te dice que para llenar has de vaciar y eso es lo que entiendo me ha pasado. Vaciarme de todo lo que tenía o creía que tenía para, ahora, poder seguir en una línea de expresión libre que es la que me identifica. Es probable que el público (bot o no) que durante meses ha estado leyendo sin yo escribir se haya cansado pero he comprobado como miles de visitas han sacudido este blog en un año sin crear una sola coma. Ahora toca humildad, seguir el paso de la vida pero lleno, esta vez, de ese amor que le tengo porque de él seguro que no puedo esperar nada malo.
He cubierto un periplo existencial en mitad de un desierto creativo de forma relativa. Digamos que en parte he estado en el oasis del desierto cogiendo víveres, tomando sombra para caminar a ratos, también, en noches oscuras llenas de dudas, de días luminosos y, por supuesto, grises. He alimentado, creo, lo mejor de mí aunque enfrentándome reiteradamente a la estupidez humana de creer que si te portas bien eres tonto. Y ahí es donde enseño mis credenciales revolucionarias, de rebelde impenitente que no se deja subyugar por ningún tipejo de tres al cuarto. Y es que el amor es verdaderamente revolucionario capaz de transformar nuestra vida. Y ahora dime que no es así porque, entonces, no entiendes que la vida se mueve por esta potente energía capaz de hacerte emerger de las aguas más profundas y oscuras.
No siempre se puede decir, y debiéramos, que con 65 años recién cumplidos sigo aprendiendo, madurando, creciendo, consciente de una raíz bien plantada y, por tanto, de quién soy, qué quiero y casi cómo lo quiero. El crecimiento personal es ilimitado hasta que te llega el momento de decir adiós que espero sea con paz. No espero, ni deseo, llevarme más que esa paz y amor como único equipaje pero, para ello, debo mantener la conciencia en movimiento, evolucionada y fundida con el alma creativa del Universo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA VIDA ES UN TANGO

FOLLAR MÁS, JODER MENOS

CUANDO ALGO MUERE ALGO NACE