LA VIDA ES MISTERIO NO MAGIA

 

La humanidad forma parte del Misterio que es la Vida. No sabemos a ciencia cierta del origen pero sí de las consecuencias, sabemos que hay un patrón numérico en la arquitectura del Universo pero igual ni siquiera qué número es, sabemos que aquello que nos rodea está dominado por la proporción áurea o dorada, sabemos que el Universo está en expansión (por raro que suene) pero ni los astrofísicos saben cómo, sabemos que el agua tiene memoria como entidad viviente pero no el patrón de ese comportamiento, sabemos que existe la velocidad de la luz pero no cómo viajar a través de ella sin nave alguna, sabemos de nuestra bioquímica pero nada de la naturaleza humana, creemos saber simplemente especulando que sabemos y, entonces, acude a mí un pensamiento taoísta que dice quien dice que sabe no sabe nada. Estamos siempre al principio de todo, en el umbral de la puerta sin atravesarla. Estamos experimentando, confundiendo pensamiento mágico con misterio y entonces es cuando sucede algo emitimos ese pensamiento ¡y la magia sucedió! No, lo que sucede es la manifestación del Misterio que tiene sus propios tiempos y fines ajenos a los nuestros. No sabemos qué es porque está en toda forma de vida, no tiene rostro porque son todos los rostros, ni qué color porque forma todos los colores pero, también, la ausencia de los mismos. Quizá sea la partícula pero, también, la antipartícula porque no solo es el Yang sino, también, el Yin, porque no solo es luz sino, también, oscuridad, porque es húmedo y seco, es agua y fuego que no se combaten, es tierra y madera que se complementan, porque es una vibración imperceptible, es un púlsar y un cuásar, es lo que percibimos pero ¡misterio!, no lo que vemos porque nuestros ojos solo reciben señales de la realidad última. Entonces uno se pregunta si lo que nos lleva a investigar sobre el origen de la vida (¿de cuál forma?) es un afán ególatra de la humanidad que se siente más endiosada conforme cree que avanza, pero para entonces surgirá algo que te lo pone en jaque, que rompe tus patrones de creencias y vuelta a empezar porque lo que dabas por bueno ya no lo es tanto. Quizá haya que volver a la simplicidad de nuestra naturaleza no ansiando comprender el Misterio sino vivirlo con plenitud creyéndonos, ahí sí, que la magia la ponemos nosotros cuando sonreímos y alegra el día a alguien. ¡Qué misteriosa plenitud la de un gesto tan simple porque quizá la "magia" sea la representación súbita del Misterio!