PASA LA VIDA

 

Hay momentos en la vida que inspiran una canción, un poema, un chiste, un libro..., y hay canciones, poemas, chistes o libros que te inspiran para que lo que pasa en la vida puedas tú expresarlo igualmente. Este es mi caso cuando de buenas a primeras me pregunto qué título voy a ponerle a un humilde artículo cargado, como siempre, de emoción o pasión que para el caso es lo mismo. Y hoy se me vino una canción oída en mi juventud denominada Pasa la vida con algunas estrofas interesantes pero de las que puedo discrepar en alguna porque, ciertamente, la vida te pasa por encima sin darte cuenta y como dice esta canción Y pasa la gloria, y ves que, de tu obra, ya no queda ni la memoria porque, en realidad, la vida es exígua aunque puedas vivirla con plenitud, es efímera, sorprendente, misteriosa, mágica. La vida es "eso" de lo que hablamos muchas veces y comprendemos pocas sintiéndola aún menos. La vida es un flujo de energía como el río que busca el mar, no se estanca, avanza enfilando su salida. Pero al contrario que el río nosotros no buscamos una salida amplia, abierta, fluida, sino que suele ser de recovecos, estancada en muchas ocasiones hasta que algo nos sacude y nos empuja a salir de esa zona llamada de confort. Un acontecimiento, una persona, puede ser un detonante para que nos demos cuenta que la vida nos pasa sin darnos cuenta. Un día te levantas y te preguntas qué hacer y entonces, desde la honestidad, el viento te empuja, el agua te refresca, la tierra soporta tu peso y el cielo te protege sin saber cómo, por qué, para qué. Y como la pasa vida también pasa la gente en ella y por ella, gente maravillosa que es la que se queda contigo, que no te regala el oído pero te quiere, que no te lo dice pero te lo demuestra con su simple y honesta mirada. Y entonces sabes que la vida no pasa en balde, que tiene aristas ya lo sabías pero que de ellas sacas cristales preciosos porque, en realidad, de la dificultad nace el aprendizaje, de las piedras en el camino construyes tu castillo o fortaleza y con las lanzas tiradas sobre ti te hiciste tus propios bastones para caminar en la dificultad del barro con la lluvia. Es verdad que la vida pasa y, en ocasiones, con más temor de la cuenta, con rubor, timidez, con mucho silencio por no expresar eso que sientes, eso que durante tiempo llevas dentro y sabes que es bueno, son vibraciones de alta frecuencia que se pueden captar al otro lado del Universo en su efecto mariposa, y sabes que esa vida no se construye, quizá, aquí en esta realidad sino en el mundo de los sueños como parte hacedora de lo que sientes cuando abres los ojos. Y no te explicas nada pero sucede, y los sueños e ilusiones no quedan en el olvido cuando te transportan de ida y vuelta para que seas consciente que forman parte de la vida, de "esa" que no entendemos aunque hablemos de ella. Porque la vida está en una mirada, una sonrisa, una lágrima instantánea, en un pensamiento, un paseo, un abrazo, una caricia, un te quiero, una desnudez, está en todas partes y en cualquier momento pero, he aquí la cuestión, debemos atraparla, beber de ella, no dejar que pase de largo sin que nos hayamos sentido en plenitud, sin que hayamos sentido la mirada, la caricia, el abrazo, el te quiero o la desnudez, sin que hayamos dejar pasar la oportunidad de decir, sentir, pensar y actuar conforme a esa unidad interna que nos reporta la hermosa palabra armonía. Y es entonces cuando, desde esa armonía recuperada, comenzamos a sentir la profundidad del latido de la vida reflejado en nuestro corazón. Y es éste el que rige nuestro pulso vital, la nobleza de nuestros actos, el amor en definitiva a esa vida de la que hablamos pero no sabemos o huimos cuando tenemos que hacer como el río, avanzar para no estancarnos, o sea fluir para renovarnos en ese movimiento constante sin temor al fracaso y mucho menos al éxito pero sin que nos ciegue la soberbia, con la humildad necesaria para entender que la vida es efímera porque de lo que se trata es de vivir sintiendo profundamente ese latido, oyendo tu pulso conectado al pulso del Universo, abriendo tu propio horizonte, rompiendo barreras. Una vez pasa la vida ya no volvemos atrás...