EL PODER Y SUS MARIONETAS

 Una sociedad piramidal se estructura en un poder que te dicen mana de abajo hacia arriba, pero es casi mentira. Una de las muchas que nos cuentan y cuando alguien se atreve a desmontarla le tiran a matar, sea su reputación o, incluso, con amenazas físicas, coacciones y acoso etc., como viene siendo habitual en los últimos años desde que la mafia del PP se instaló en el poder. Ese poder piramidal es el que mueve los hilos hacia abajo de forma que cada uno apura su papel en el escenario concreto sobre el que tiene que interpretar. Es lo que nos viene pasando con los medios de desinformación (para qué llamarles de comunicación si es mentira) que, por si no lo sabes aún, tiene varios hilos de poder. A saber son el accionariado, el que pone la pasta y, por tanto, quien decide qué se dice, cuándo se dice, quién lo dice, cómo lo dice, a quién atacar, a quién proteger o blanquear (no importa que sea nazi...). Por tanto el accionariado, a través de sus piezas de confianza, contratan a eso que llaman periodistas para que te cuenten noticias ajustadas al relato que les interesa de forma que cuando nos llega no es la noticia objetiva lo que llega en muchísimas ocasiones sino cómo te la cuentan. Se contratan a personas comunicadoras serviles con ese poder y, por tanto, son afines a esa ideología concreta (no olvidemos que la ideología está detrás de todas las decisiones) ya que -de lo contrario- no aguantarían dos telediarios seguidos. Por eso se fueron cargando en determinados medios a periodistas como Jesús Cintora o Javier Ruiz, también a Wyoming hace años con CQC. Defenestrar a alguien con criterio propio es fácil. Ejercer la libertad de pensamiento tiene un precio, ejercerla -además- ganándole la partida a tu contrincante de la mañana televisiva tiene un muy alto precio. García Ferreras, a través de Mauricio Casals, maniobró para cargarse el programa de Jesús Cintora que conducía en la 1 de TVE (Las cosas claras) y que dejó las costuras del programa Al Rojo vivo de la Sexta al descubierto. Eso es ejercer poder y, además, con violencia porque -al parecer- la actitud del señor de las tinieblas (como le llaman a Mauricio Casals, presidente de la Razón y consejero en el grupo Planeta) fue de cierta chulería amenazante a gente directiva de TVE. 

Que García Ferreras juega a poder ya lo hemos visto pero él no es el poder, a él le han dado una concesión temporal de poder nada más como a la otra gente. Ya lo veremos más adelante cuando se lo carguen. Que tiene un padrino (al estilo mafioso) que es Florentino Pérez, cierto. Que Florentino tiene poder y mueve hilos, cierto pero tiene su parcela -que no es poca- y en esa de la Sexta u otra televisión juega o maneja por ser el oligarca que es con conexiones en todos los charcos de corrupción que salpican a este país. Uno de ellos es el de la empresa que gestiona justo el plan antiincendios de Castilla y León. Joder, qué cosas, plan antiicendios por llamarle algo... Su poder alcanzó cotas muy altas bajo el gobierno de Aznar, siendo el primer contratista para la reconstrucción de Irak después de la gran mentira de las armas de destrucción masiva y su invasión posterior. Sus intereses van a partes iguales para las residencias de mayores, limpieza, asistencia a domicilio etc. Un oligarca es lo que tiene, Ferreras es su esbirro según declaración de Villarejo en un audio donde no se encontraba presente el Ferri. Por tanto Ferreras debe saber que, aun considerándose hijo de Florentino, puede caer en desgracia tras todo lo que ha sucedido o bien que vuelva a jugar un papel social muchísimo menos relevante que el actual para caer en el olvido o casi. Estaré atento.

Así, pues, el poder lo ejercen tipos como Florentino, los máximos accionistas de medios por ceñirnos al caso que nos ocupa y sus fieles ejecutivos o consejeros pero no tipos como Vicente Vallés, Ana Terradillos, Ana Rosa Quintana (aunque tenga productora propia es un eslabón), Eduardo Inda, Francisco Marhuenda, Carlos Herrera o Angels Barceló por poner algunos nombres del panorama mediático. Son conscientes que dependen y, por tanto, su comportamiento ante un micrófono no es el de periodismo ético siguiendo la máxima de relatar la verdad y nada más que la verdad aunque tenga su propia ideología. No, su máxima -la de esta trupe- es la de ejercer de marionetas lacayas que no han sido capaces de cortar sus hilos del poder que les domina porque se identifican con esa forma rastrera de ejercerlo sin importar que la mentira sea elevada a los altares de la verdad. Hay que mantener el negocio como sea, los accionistas contentos, los anunciantes conformes porque no se les cuestiona pero ¿y la audiencia? Este es el negocio real de esta gente lacaya que vive de la audiencia, que si ésta cae e negocio se tambalea y que siendo así van a la calle. Por tanto hay que hacer lo que sea y como sea, sin escatimar en medios o formas, para que la audiencia se mantenga porque sin ella, y lo saben, no son nadie. Entonces habrás de considerar la pregunta ¿tengo yo poder para hacer caer un programa donde se ejerza la gran mentira como verdad? ¿tengo yo el poder de tirar la basura mediática a un punto limpio? La respuesta es tajantemente SI. Tenemos el poder de cortar los hilos de ese poder - donde somos unidad de consumo- cortando la audiencia, o sea desconectando del medio en concreto pero buscando la alternativa con medios éticos, veraces, honestos. Puede ser, entonces, que si no la buscas es porque no sabes o no quieres porque te sientes con comodidad en medio de dicha basura. Y la alternativa no es permanecer ajeno a los análisis o noticias que nos circundan sino buscar la fuente adecuada. Yo llevo años que corté hilos de poder, de audiencia y busqué medios como Público, Eldiario.es, El Salto, La Marea, Rebelión.org, CXT (contexto), todos digitales. Quizá te valga como dato que el programa Al Rojo Vivo (a quien Ferreras le gustaba darle un barniz de pluralidad engañosa) ha perdido en poco tiempo unos 200 mil espectadores sin mencionar las caídas de La Sexta Noche etc. Esto hay que conseguirlo con los informativos de Antena 3, Herrera en la Cope etc. Se llama conciencia de grupo, respuesta democrática porque ejercemos nuestro poder de desconexión. La pelota está en tu tejado.