JAQUE A LA DEMOCRACIA

 Mientras miramos para otro lado, nos ausentamos de la vida cotidiana porque entendemos que la política es cosa de otra gente, estamos justamente dejando espacios para que sean los indecentes que ostentan poder quienes puedan manejar a su antojo quitando y poniendo candidatos, acosando a personas y organizaciones deslegitimando su presencia en la vida institucional, vertiendo auténtica bazofia difamatoria contra las personas y sus entornos incluso contra la militancia de base con el único fin del desprestigio pero, sobre todo, cambiar las reglas del juego alterando la capacidad de decidir de la población. Y para ello se lanza una noticia falsa a sabiendas haciendo todo un ejercicio de corrupción institucional donde el poder mediático es una pata de la mesa que se ayuda (y ayuda) de la mafia política, policial, judicial y empresarial. O sea lo que llamamos cloacas del Estado, el Estado profundo o deep state que se arma para aniquilar al oponente político. Y esta es la gravedad del asunto porque esta gentuza, da igual a qué pata pertenezca, conviene quién puede y quién no presentarse a unas elecciones para ganarlas porque si quien resulta que tiene opciones de ganar no es de la cuerda de sumisión, de la genuflexión, entonces lanzan toda la artillería poniendo en marcha toda la maquinaria de fango para cuyo fin se emplean todos los medios y que ya saben. Medios de comunicación, redes sociales con sus grupos de mensajería, canales tipo telegram o facebook, espionaje ilegal como el caso Pegasus, todo bajo el paraguas de un gobierno corrupto siendo declarado el partido que lo sustentaba por la justicia como organización para delinquir (hablo del PP). Pero, no obstante, como a la población le va la marcha sadomasoquista pues ahí lo tienen ganando elecciones cuando de verdad en una democracia real esta gentuza no podría ejercer el arte de la política. Pero eso forma de esta historia de la que bebe el problema central ya que éste no es solamente Antonio García Ferreras, Villarejo, Mauricio Casals o Eduardo Inda. Esto es el paradigma de cómo funcionan las cosas. El problema es mucho más profundo porque es estructural, porque forma parte directa de un sistema que permite que un mentiroso, acosador, manipulador, con carné de periodista, pueda sentarse en distintos medios televisivos impunemente. Señores así no pueden ejercer ni de portero de finca y no querer ver esto es alejarse de la realidad dejándola en manos de indecentes e indeseables que luego te venden un relato totalmente falso. Así es como se crean los marcos mentales para que la gente abomine del periodismo veraz, honesto pero, también, de la política en su extensión como servicio. Así es como, también, se crean las desafecciones pero, claro está, desde la construcción de la mentira como única verdad posible que es la que luego venden eso que llaman comunicadores pagados por los oligarcas, sus jefes en el medio o, cómo no, el anunciante que tiene una fuerte inversión de su producto para que no se le critique. Y, claro está, también los accionistas donde la banca juega un importante papel junto a los fondos de inversión o buitres. Tipos y tipas. además de lo ya mencionado, como Vallés, Susanna Griso, Joaquín Prat, Carlos Herrera, Pedro J Ramirez, Francisco Marhuenda, Ana Pastor, Ana Terradillos, Ana Rosa Quintana, Risto Mejide, Pablo Motos -por poner algunos nombres con más o menos "solera"- que juegan a jalear el poder y que, a su vez, se rodean de otros acólitos cantamañanas que defienden lo indefendible. Cobran por lanzar bulos, por manipular, por modificar una noticia, por todo lo contrario al buen ejercicio del periodismo honesto. Juegan a poder, son poder corrupto y no contrapoder y esto es empírico. Juegan a adulterar la esencia de la democracia, a quitar y poner nombres, partidos, reputaciones. Son golpistas simplemente que se retribuyen o pagan a otra gente para ser un palmero del poder y dañarte. Es así de simple. Esto que estamos conociendo en estos días es solo la punta de un enorme iceberg de basura cuya base oculta puede que tardemos en saberla aunque, al menos yo, podamos imaginarla. Soy consciente que aquí va a salir mucha más basura porque, entre otras cosas, el periodismo necesita un revolcón a todos los niveles para situarlo en el papel que le corresponde pero, para ello, el viento se tendrá que llevar toda la hojarasca. Un viento que debiera llegar mediante una ley orgánica de protección al derecho a la información veraz para hacer cumplir el artículo 20 de la actual Constitución. Hace falta decisión para poner fin a toda la basura.

Pero mi pregunta final es cuál es tu papel, tu humilde papel, en todo esto. Es cuestión de saber si cuando activas la televisión o la radio le das cabida a esta gentuza o, por el contrario, haces el apagón informativo, dejas de consumir basura intelectual y para informarte te diriges a medios independientes que se sustentan de la cuota de sus socios porque ni vale ya la televisión pública. No nos olvidemos que el mando a distancia tiene poder, tenemos un poder, que es el de hacer que una audiencia caiga y un programa desaparezca y tenemos el poder de creernos esto de la democracia siempre desde el compromiso con la verdad. Luego entonces, tú y yo también podemos decidir algo, también tenemos responsabilidad para que no nos den jaque a la democracia y ayudar, además, a que se haga un periodismo serio, riguroso, de calidad democrática contrastada.