EL TESORO DEL TIEMPO

 


El tiempo es un tesoro del que disponemos y  no siempre bien empleado. Dilapidamos nuestros instantes cuando nos enfadamos (y hago autocrítica), cuando entretenemos el pensamiento en aquello que nos distrae de lo esencial, de lo importante para nuestro crecimiento como personas que puede ser retornar al niño interno que aprende y crece con ello, cuando evadimos al corazón con excusas, cuando elegimos mal, cuando no hacemos lo adecuado, cuando no sonreímos y no somos felices estamos dilapidando ese tesoro que la vida nos regaló al venir. Cuando no compartimos con las personas amadas, aunque no te lo manifiesten, estamos despreciando el regalo de la vida porque, justo en el tiempo compartido, está el gozo, la alegría de ver, disfrutar de la otra presencia. Así, pues, desde hace un tiempo (no sé desde cuándo exactamente) me propuse establecer quizá una alianza benigna con el tiempo para venerarlo y envolverlo de cariño, afecto, con esa gente que cubre tus espaldas, que camina junto a ti, gente que tiene más luz que sombra pero que tampoco rehuye de la propia porque forma parte de su naturaleza. Una alianza para intentar no solamente no perderlo, sino ganarlo para una causa superior que es la de ser feliz o, al menos, intentarlo porque si, realmente, hay un mandato es el de ser feliz amando la vida. Tenemos un tesoro pero debemos ponerlo al servicio de esa gente y de aquella que necesitan de tu ayuda aunque no les conozcas porque, entonces, es cuando se multiplica el beneficio cuando ese tesoro lo regalas. Es gratis lo que tienes, es gratis lo que das. A quien conozco, de quien se, a quien admiro y venero, le regalo el tiempo con la mejor de las sonrisas simplemente porque nos hace bien. Y no hace falta que te diga que le hace bien, la mirada lo canta. No hace falta palabra alguna, la sonrisa le delata. No hace falta más porque, además, tú te sientes bien sobre todo cuando las vibraciones se han afinado hasta ir componiendo -por momento- una melodía silenciosa de cariño.

Por eso, y de largo, el honor más grande que puedo tener yo es compartir ese tiempo sobre todo con a quienes quieres profundamente y sientes pasión para que la partitura de nuestras vidas permanezca más allá del tiempo y el espacio que ocupamos.

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