993 DIAS DESPUES
Si tardo una semana más llego a 1000 días sin dar señales de vida aunque, bien mirado, la distancia también tiene sus ventajas sobre todo cuando compruebas que tus espías siguen por ahí a ver si, mira por dónde, encuentran algo sobre genocidio por poner un ejemplo palmario actual. Así que bienvenidos a la vigilancia masiva que tampoco me va a quitar el sueño.
Y efectuada esta introducción, este tiempo hacia atrás -como si de un bucle se tratase- me ha servido para avanzar en algunas cuestiones, quedarme como estaba en otras, soltar lastres innecesarios para mi vida, seguir aprendiendo y venciendo a la desesperanza que es el mejor combate que se puede tener contra una sociedad instalada en la ignorancia promovida por un fascismo que nunca se fue y cuyos ropajes van mutando según los tiempos. Igual puedes comprobar que lo de pensamiento crítico no es ninguna broma ni un farol, es que lo que estamos viviendo fundamentado o cimentado en la escoria humana, en el estercolero de la historia disfrazado de democracias que se compran medios para imponer sus relatos, parece que es la moda que resurge con olores de inmundicia porque cuando una sociedad, una civilización ya decadente y con sus días contados, asienta sus cimientos sobre el estiércol de la ignorancia su edificio no se sostendrá más que por la mentira disfrazada de verdades fabricadas. Una sociedad que fabrica verdades a su medida como si de ladrillos se tratase obviamente tiene, de un lado, el poder que las genera, los voceros profesionales que las difunden (dicen ser periodistas, tertulianos y otras yerbas...) y, cómo, esa ingente masa amorfa de gente que las consume a través de dichos canales de difusión que van desde los medios tradicionales hasta los nuevos donde sus exponentes son los fachatubers. O sea creadores de opinión (ese palabro de influencer) para que tú te intoxiques con sus mierdas. Individuos e individuas que practican el cuñadismo sabelottodo, que multiplican sus seguidores por los "likes" y sus beneficios también cuando, además, monetizan su influencia -además- practicando discursos de odio hacia la población migrante si no es blanca como la ucraniana, la comunidad LGTBIQ+, hacia la gente vulnerable pendiente de un desahucio... Esto es tan solo un ejemplo de hasta dónde está llegando el estiércol humano disfrazado de verde o de azul, con el paraguas y la anuencia de entes políticos y empresariales, incluso hasta religiosos aunque ya sabemos que eso de las religiones va de lo que va. Distinta es la espiritualidad, distinta es la humanidad y sus valores esenciales al credo en cuestión. De todo ello, si la vida me lo permite, puede que vaya en adelante escribiendo para desmontar algunos mitos aunque luego que no venga nadie a quejarse por tener la piel muy fina. Quien quiera seguir creyendo en falsedades pues adelante, que siga pero que deje de arrastrar a nadie a su fango o estiércol. Claro está que eso es como pedirle a un cerdo que luzca un diamante.
Novecientos noventa y tres días después probablemente sea el mismo en lo esencial aunque, a decir de El Principito, eso permanece invisible ante los ojos. Y ser el mismo es en mis principios y valores pero, igualmente, me habrá pasado como al agua de un río. Manteniendo lo esencial no es la misma agua cuando corre río abajo fluyendo con el devenir de la vida. Puede que tampoco sea el mismo que dejó atrás el último post de este blog pero, para quien me lea, algo le sonará familiar. Es el lenguaje claro, sin rodeos, a veces sarcástico, a veces críptico, a veces directo y siempre convencido que lo que escribo nace del alma, del misterio insondable que la neurociencia establece en el cerebro porque el alma es lo que nos hace humanos. Así que si tú dejaste de comportarte como humano, y sabes por qué te lo digo, entonces piensa que tu alma está atrofiada. Y cuando no se tiene alma se está condenado a vagar por la infinita ignorancia.

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