LA HERENCIA DE LOS RITOS PAGANOS EN EL CRISTIANISMO(4)
CONSIDERACIONES
El recorrido de hoy nos lleva a dos eventos, cada uno con un origen o raíz y su propia carga simbólica o ritual.
Para quienes profesen el cristianismo debieran saber que en Pentecostés se celebra algo así como un homenaje al espíritu santo pero que su raíz es hebrea puesto que, como explico abajo, es la fiesta de las semanas. Pero, igualmente, para quienes profesen o no el cristianismo también debieran saber que la fiesta de S. Juan, la noche de barbacoa en la playa y los baños nocturnos, en realidad son un rito pagano dedicado al sol, a la entrada del solsticio de verano y, por tanto, es al elemento fuego a quien se le rinde culto. Al fuego del amor y de la pasión que nos acompaña, o así debiera ser, a lo largo de nuestra vida. Pasión y amor, una mezcla divina y bendecida, sin la cual no se entiende ningún proceso vital nuestro. Es, por tanto, del todo necesario que cuando se tiene una creencia como si se es agnóstico o ateo se tenga, al menos, el conocimiento de la raíz histórica, antropológica, de aquello que hacemos para no convertirnos en meros consumidores de eventos y, además, para saber distinguir el grano de la paja ya que en toda religión hay casi todo paja y poco grano porque debemos partir de la base que la religión somete a la gente a la ignorancia, algo que no ocurre cuando cultivas tu espiritualidad y ella es la que enaltece el ser humano que eres, lo profundo divino que es inmanente y yace en el alma. Nos iría mejor si comenzáramos a cuestionar verdades que no son porque nunca las fueron para creer de verdad. Cuando se nos habla de tradición yo pregunto de qué, para qué, sobre qué. La navidad no es tradición, es negocio al igual que la semana santa. Más tradición tiene el carnaval que esta última, más el rito del fuego de "san juan" a lo que habría que rebautizar como rito del verano o del fuego de verano que los reyes magos en enero ya que esta fiesta es puramente comercial, sin más. Por tanto cuando creamos en algo seamos honestos con nuestro yo interno y distingamos qué es y qué no es la verdad sin mezclar negocio de grandes almacenes y religión. Hasta aquí, y ya queda poco, he hecho un extracto significativo de fiestas o rituales rebautizados por el nuevo credo teodosiano (cristianismo) y su conexión con lo que conocemos como paganismo que, como se puede comprobar, nos conecta con el sol, el agua, la tierra, el aire, con los elementos en general. Nos conectan los rituales con la vida, con la naturaleza de la que formamos y somos parte.
Ya queda poco para terminar este ciclo que dará paso a otros análisis sobre el proceso de construcción de este nuevo credo surgido de una escisión más allá de la ruptura con el judaísmo. Surgió de una escisión de sus propias filas, y esto nadie te lo ha explicado quizá. Y en los que rompieron o abandonaron no estaban precisamente Jesús/ Josué ni la madre, ni Marta, ni María de Magdala... Pero esto es otra historia para tratarla aparte
PENTECOSTÉS
Calendario: igualmente variable según comience el año litúrgico, pero siempre es al día 50 de su inicio y, generalmente, coincide con la entrada de la energía de verano cuando la energía Yang va ascendiendo y dominando sobre mediados de mayo-primeros de junio
Es la fiesta judía de las semanas o Shavuot que se celebra al día 50 después de la Pascua o fiesta de Pesaj y Pentecostés es exactamente eso, celebrar el día 50 después de la Pascua de Resurrección. En fin, volvemos a lo de siempre. Escasa originalidad en el credo emergente que, además, proviene de una ruptura o escisión con el judaísmo. No obstante a esta crítica sí que hay que señalar la novedad que introduce el credo emergente teodosiano es el espíritu santo y, con ello, todo lo que después va aconteciendo para vincularlo a esta figura que configura la trinidad o triada que, además, tampoco es novedosa. En prácticamente todas las religiones anteriores existe una tríada. Con el espíritu santo se explica el embarazo de María sin contacto con hombre, hablar en lenguas sin saber bien siquiera tu propio idioma, el poder sobrenatural del que se inviste el cristianismo, los milagros por doquier etc. Si al credo mosaico (de Moisés) se le atribuye la aparición de Dios en el Monte Sinaí y de ahí a las tablas de los mandamientos un paso, al cristianismo -para no ser menos- todo el poder a través del espíritu que hace que te vuelvas invencible y de ahí al martirologio también un paso.
Creo que fabricar religiones se le ha dado bien a una parte interesada de la humanidad para desconectarte de tu propio poder, inmanente en uno pero enajenado cuando delegamos cada decisión, pensamiento, sentimiento, momento revelador o inspirador, en alguien externo. Un gurú o guía, un hierofante o sumo sacerdote, son figuras arquetípicas que hacen desplazar nuestro centro, nuestro verdadero poder, hacia los demás. Nos convertimos, de esta forma, en mero espectadores y no actores de nuestra vida que crean. La enajenación es dependencia y pasamos de ser nuestra propia obra a ser la obra que otros quieren que seas, de ser un centro autónomo de decisión a ser una sucursal. Así es como funcionan las religiones y así la vida que estamos creando porque lo que vale aquí para la religión (nada que ver con espiritualidad, repito) vale para muchas otras facetas de la vida, máxime cuando el nacimiento de un nuevo credo-religión surge desde las entrañas del poder porque, en realidad, es ese poder (imperial) mutado de lo política-militar a lo religioso con la construcción de una nueva moral, la adaptación de ritos o la creación ad hoc de otros que se ajusten a los intereses de la nueva fe. Si nos dicen que el matrimonio es un sacramento católico pues será pero, ciertamente, no es original ya que el ritual del matrimonio (y no necesariamente era de dos personas solamente...) se implementaba con la entrada del solsticio de verano y, por tanto, en sintonía con el elemento fuego símbolo de la pasión, del ardor sexual y del amor, de la calidez, del hogar. Esa es la fiesta que conocemos por S Juan. O sea que o copias o te lo inventas y, según observo y analizo, ningún sacramento tiene visos de originales. Jesús/ Josué no instituyó ninguno de los siete sacramentos, ni siquiera el que nos hacen ver como “estrella” que es la Eucarístía. Ya está explicado anteriormente en otra entrada
SAN JUAN
Calendario: 24 de junio
No es un festivo nacional pero sí es muy celebrado.
Es el rito-culto al elemento fuego con la entrada del solsticio de verano dando, además, cabida a la celebración de bodas o uniones que podrían ser grupales incluso. Sí, he dicho bien. Uniones de una mujer con varios hombres o de un hombre con varias mujeres. El ritual del amor, de la pasión, del fuego del deseo no era ajeno a nadie en la antigüedad salvo que tuviera un sesgo de prohibición. Cuando la misoginia o la androginia están descartadas tienen cabida expresiones amorosas que pueden resultar extrañas o chocantes para una mentalidad occidental que no ha evolucionado un ápice. Una boda grupal, por tanto, nos está diciendo que la relación poliamorosa tenía reconocimiento y no estoy hablando de hace miles de años. Hablo quizá de hace dos, tres mil años con lo que este concepto no es novedoso en absoluto. Es un concepto rescatado como tanto otros. Hemos perdido ese sentido de libertad en el amor y sometidos a un estatus de inmovilismo como si un corazón entendiera de prohibiciones, de moral absurda. Aquí es donde entra en juego la religión, el nuevo credo, con la creación de un nexo de uníón eterna aunque dejes de sentir y, por ello, la prohibición de querer a alguien más por el estatus que han creado para ti. La moral judeocristiana solo aportó hipocresía, miedo a amar, miedo a la libertad de querer a quien te de la gana y como te de la gana. Santifican una fiesta como esta para desposeerla de su sentido profundo, el del amor pasional entregado sin reservas y sin etiquetas. El concepto de pecado nos llevó al miedo de amar libremente y así, de esta forma, se han ido creando las infidelidades cuando eso se quiebra fácilmente cuando en una relación se abre la puerta para que entre el aire. El concepto de pecado y la institución sacramental, primero, y civil después nos llevan a la subyugación del compromiso por cuestiones de papeles no de sentimientos. Sometemos estos al dictado de los convencionalismos y rompemos la magia del fuego de verano...
(continuará)
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