UNA CRUZ QUE NUNCA EXISTIO
En la vida puedes creer en lo que te dé la gana pero debe ser de manera honesta, tanto si promueves aquello en lo que crees como quien pudiera promoverlo hacia ti. Y para ser honestos solamente vale la verdad sin más. Todo lo que sea un añadido literario salido de la imaginación de cualquier intérprete o escriba del momento es un ropaje innecesario que resulta inútil para la exposición de un mensaje salvo, claro está, que lo importante no sea justamente el mensaje sino aquello de lo que me puedo valer con la creación de un ente literario cargado, además, de ciertas contradicciones. Que lo importante sea el efecto religión y sus códigos morales y no el mensaje desprovisto de códigos erróneos basados éstos en el miedo, la ignorancia, la desigualdad, la misoginia como un efecto de desigualdad flagrante entre sexos a la hora de practicar una fe, la jerarquización fundamentada en una estructura piramidal o la búsqueda de influencia política y social para ejercer de contrapoder por poner algunos ejemplos palmarios.
Cuando el único mandamiento que tienes en la fe es el amor en cualquiera de sus acepciones, lo cual nos lleva al respeto, la consideración, la solidaridad, la empatía, la calidez, el acompañmiento, la ayuda, las muestras físicas como los besos, abrazos, o achuchones ya sean con carga erótica o sin ella, y se desvía el foco de dicho mandamiento o mandato con relatos fácticos de dudosa historicidad o, incluso, de flagrante contradicción con la verdad objetiva es porque el mensaje importa poco, lo que importa es el envoltorio. Para ello me proveo de milagros, de dogmas elaborados ad hoc para darle cuerpo de veracidad y de fe absoluta sin fisuras al relato aduciendo que es palabra de Dios.
Toda esta entradilla que se dice en periodismo nos puede valer para cualquier mito o leyenda creada en torno a un fenómeno de fe sin llamarle religión puesto que esa no fue la intención de quien promovió el mensaje y el valor que contiene. Este es el caso de Jesús/ Josué del que nos quieren hacer que fue ejecutado por la autoridad romana a instancias del Sanedrín en un contexto temporal concreto, o sea de una cronología determinada y con actores concretos también. Cualquier refutación a lo establecido oficialmente o por convencionalismo puede ser atacada con cualquier vocablo negativo, coercitivo o amenazante bajo el paraguas o mantra de contravenir la palabra de Dios. Esto es lo que ocurre con prácticamente con toda la vida de Jesús/ Josué de quien no se sabe nada porque aquello que se conoce y no está publicado no interesa que se sepa y lo que se sabe, a través del relato oficial, está adulterado. Y ya me centro exclusivamente en el tiempo en que es acusado de blasfemia y presentado ante el prefecto romano, en el caso era Poncio Pilato.
Quién ejerce la acusación: El Sanedrín.
Qué era el Sanedrín: un centro de poder político-religioso controlado en la época por los saduceos que conformaban una secta -digamos- ultraortodoxa del judaísmo, de forma que este centro de autoridad controlaba la vida del ciudadano de Judea
De qué se le acusaba: oficialmente, de los delitos de blasfemia y usurpación por violar el sabath de un lado, y de proclamarse hijo de Dios de otro rompiendo, además, ciertos convencionalismos sociales de la época siendo el del sabath uno de ellos, no el único
Por qué presentarlo ante la autoridad romana: el Sanedrín no podía ejecutar directamente a nadie
Cómo actúa la autoridad romana: según el relato oficial le da audiencia al reo y contradice al Sanedrín ya que no encuentra delito alguno contra Roma, sus instituciones, autoridades o propiedades. Automáticamente, al no encontrarse delito alguno contra Roma, el prefecto tendría que ponerlo en libertad sin cargos a menos que se jugara su vida contraviniendo al emperador y las directrices del Senado romano. Los judíos debían solventar sus cuita entre ellos
Qué se dice en el relato oficial: que Poncio Pilato tiene la osadía de preguntar al pueblo que se pronuncie sobre la conveniencia de condenar a uno de los dos reos que presenta como si esa práctica democrática estuviese contemplada en ese contexto. O sea, entramos en la literatura ficción, en el relato impostado deslizando la responsabilidad hacia Roma de una forma torpe además, ya que la insistencia llama la atención antes o después. Al margen que el no culpable no podía ser condenado, hay un matiz importante sobre la forma de castigo. La cruz solamente estaba reservada para determinados tipos de delitos como el de robo, piratería, atentado contra bienes, instituciones y propiedades de Roma. En general, además, para gente de bajo estatus social. O sea, simple y llanamente al no existir delito no había castigo y menos con la cruz de marras, con lo que la adjudicación de este castigo como relato literario creado tiene otras lecturas.
Qué lecturas ocultas debemos hacer del relato de la crucifixión: de un lado la cruz como heredera del símbolo egipcio ANKH que representaba la llave de la vida, eternidad e inmortalidad, y de otro una política ya que la nueva fe emergente estaba ejerciendo de contrapoder de Roma y la autoridad que el emperador representaba. Había que incentivar ese contrapoder de una forma gloriosa, y nada mejor que una muerte poética cargada de simbología. Pero la realidad fue otra distinta desde principio a final...
Última cuestión no menor: la gran contradicción histórica de los relatos para un mismo personaje. Jesús/ Josué con Heroedes el Grande de adulto pero, también, ante Poncio Pilato. Median, cuanto menos, 30 años de diferencia y en ambos casos como adulto. Esto ya determina cualquier análisis objetivo y tira por tierra la veracidad de uno de los dos que unido a lo anterior el cuadro se despeja bastante. A lo mejor a la gente capillita de turno no le gusta mucho lo que expongo pero si quiere creer que sea con fundamento de verdad
Comentarios
Publicar un comentario