TODO SE MUEVE

Todo se mueve aunque parezca inmóvil porque el reposo es un estado aparente. El movimiento es un devenir de cambio, de realidades poliédricas, de encuentro y desencuentro entre lo visible y lo invisible, entre los mundos interno y externo. Nos azoramos cuando las cosas parecen estancadas, cuando parece que no avanzamos y entonces es nuestra ansiedad la que nos puede con el apresuramiento. Dejamos de confiar en una ley natural, la del movimiento y vibración, para intentar forzar la marcha de algo que queremos que llegue pero no lo hace. Y lo que no pensamos es que aquello que nos pertenece llega, incluso, con el factor sorpresa, con ese azar con el que no contabas. Las mentiras ajenas nos pueden servir de señales para encontrar la verdad buscada y esa paradoja es la vida misma. Pero esa verdad que buscamos no siempre se mueve en la misma dirección porque, también, existe la serendipia o el factor sorpresa del que hablaba antes. Quieres tomar una dirección pero la vida te marca ...